Cuidados para estructuras metálicas de exterior en viviendas de verano
Las estructuras metálicas de exterior en viviendas requieren de una serie de cuidados para evitar que se desgasten durante el verano. Estas intervenciones ayudan a evitar que las altas temperaturas, los cambios bruscos en el termómetro, la humedad (si nos encontramos cerca de la costa), la salinidad (en caso de que la playa se encuentra a pocos metros de la vivienda), o la acumulación de polvo o de insectos en la cara exterior de los elementos que componen las estructuras metálicas que colocamos al aire libre se deterioren o rompan.
Para que sepas todo lo que debes hacer sobre tus estructuras metálicas de exterior, en Tacema hemos redactado este texto con el que queremos ayudarte a mantener adecuadamente tus pérgolas, barandillas, muebles de jardín, etc. de los peligros del verano.
Cuidados para estructuras metálicas de exterior en viviendas de verano
Aunque muchas personas lo desconocen, nuestras estructuras metálicas de exterior también requieren de nuestros cuidados. Atenciones que si bien en invierno se desarrollan en un sentido, en verano deben tener presentes otras variables que pueden afectar seriamente a los elementos metálicos de nuestro hogar.
Para que esta situación no nos acabe pasando factura, en Tacema hemos realizado una lista con consejos para que puedas realizar estos cuidados. Es la siguiente:
Verano y metal 1: Protección contra los rayos Ultravioleta y el calor
La exposición constante a los rayos solares así como las altas temperaturas que se alcanzan durante el verano deterioran las capas de pintura y los recubrimientos protectores que colocamos sobre las estructuras metálicas que tenemos en nuestra vivienda. Esto se aprecia desde el exterior pues se muestra en forma de decoloración o grietas en la pintura que puede llegar a dejar al descubierto al metal que cubre, acelerando su pérdida de estructura y posible rotura.
En este caso lo mejor es asegurarnos de que la pintura se encuentra en buen estado, volver a pintar las áreas afectadas por el deterioro, y aplicar una capa de barniz protector ultravioleta sobre la pintura.
Otras soluciones que nos pueden ayudar a mantener en perfectas condiciones nuestros elementos metálicos de exterior son: instalar toldos para asegurarnos de que las estructuras metálicas cuenten con sombra (especialmente las que se encuentren más expuestas durante las horas de mayor intensidad solar). También es recomendable asegurarnos de que hay una buena ventilación en la zona donde se encuentran las estructuras metálicas.
Verano y metal 2: Corrosión por calor
El calor acelera las reacciones químicas, una de ellas -la más preocupante- es el proceso de corrosión que sufren las estructuras metálicas. Esto se debe a que la combinación de altas temperaturas con la humedad crea un ambiente propicio para la oxidación de metales, incluyendo al acero inoxidable que puede sufrir picaduras o manchas en su cara superficial. Esto es especialmente agresivo en las zonas costeras, donde la salinidad del aire y la brisa marina depositan partículas corrosivas sobre las superficies metálicas.
Para que esto no ocurra lo mejor es realizar una inspección exhaustiva de todas las estructuras metálicas exteriores. Es importante que se preste atención a la aparición de esta afección. Un problema que se suele materializar en: signos de óxido, pintura descascarada, o abolladuras, por mencionar solamente algunos de ellos.
Es importante también que elimines la suciedad, el polvo, los restos de polen o de cualquier sustancia que pueda retener la humedad y acelerar la corrosión. Para ello basta con usar agua dulce y jabón neutro, y un cepillo suave para las zonas de difícil acceso.
En caso de que encuentres óxido o pintura dañada, lija la parte oxidada, aplica un convertidor y vuelve a pintar con pintura para exteriores especial para metal. Es importante que, en este caso, sigas las instrucciones del fabricante.
Verano y metal 3: Salinidad
Si te encuentras en zonas de costa tus metales se exponen a la salinidad del ambiente, lo que les puede afectar notablemente. Esto se debe a que las partículas de sal en el aire se depositan sobre las superficies y, en combinación con la humedad, aceleran la corrosión de las superficies metálicas.
Para evitar que este elemento afecte a nuestras estructuras metálicas lo más recomendable es: lavar las mismas con agua dulce de manera frecuente, emplear pinturas y recubrimientos específicamente especiales para ambiente marinos, proteger con pintura o selladores adecuados las soldaduras y las zonas más afectadas o vulnerables.
Algo parecido ocurre con las estructuras metálicas que se encuentran cerca de piscinas. Los vapores del cloro y las salpicaduras del agua tratada con esta sustancia también afectan a su integridad.
En Tacema te orientamos sobre tus estructuras metálicas de exterior
En Tacema somos expertos en el diseño y la realización de toda estructura metálica para el hogar, tanto de interior como de exterior. En este sentido, contamos con productos y proveedores acordes a la actualidad y la experiencia adquirida, garantizando que los requisitos y necesidades del clientes se transformen en soluciones.
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